Comenzó la Feria del Libro en Lima y trae novedades, pero también constantes decepciones y enojos.
Lo mejor de la FIL:
- Comunitas librería. Esta librería que se ha caracterizado por ventas online, ha logrado un puesto en la Fil. En el stand de la feria no tiene mucho libros, pero su página web promete variedad. Me parece que lo mejor de su oferta son los libros de Trotta Editorial, con libros de Scholem, Schopenhouer, Benjamin, Habermas, Adorno, etc. Así como Taurus con autores como Todorov, Grossman y, hasta donde tengo entendido, una muy buena edición de la Crítica a la razón pura de Kant.
- La embajada de Venezuela. Esta embajada tiene un stand más amplio que los otros y trae títulos interesantes como por ejemplo los de Biblioteca Ayacucho: Ficciones de Borges, Sobre héroes y tumbas de Sábato, etc. Vale la pena darse una vuelta para revisar qué sorpresas puede traernos la amenaza chavista.
- La embajada de Chile. Con sus insignes escritores Roberto Bolaño, Gonzalo Rojas y Vicente Huidobro. Del primer encontramos sus novelas conocidas como 2666, Los detectives salvajes, etc. Pero también novedades como “Los sinsabores del verdadero policía”, novela póstuma que guarda estrecha relación con la ya famosa 2666.
- Estruendomudo. El acierto de esta editorial peruana ha sido la de encontrar a un gran escritor y a un gran traductor. Si la reseña de Alexis Iparraguirre sigue la verdad del texto, debemos esperar mucho más del recién descubierto Bilge Karasu y su novela, editada por el sello peruano, “El jardín de los gatos desaparecidos”.
- Editorial Planeta. Con ofertas en la sección de pintores y fotógrafos. 50% en libros de la obra pictórica de Salvador Dalí y Vincent Van Gogh.
- Librerías La Familia. Como siempre esta librería trae buenos libros como la nueva edición de bolsillo de Alianza Editorial, un formato más sobrio y completo que trae novedades como Los hermanos Karamazov de Dostoievsky en un sólo tomo a 80 soles. Además han conseguido las novedades en el autor oriental Amin Maloof y también traen novedades en su sección de estudios filosóficos a cargo de Adriana Hidalgo Editorial, autores claves como Giorgio Agamben, Franz Rosenzweig, Didi Huberman, etc.
Estos son unos de los aciertos que ha traido la feria de este año, vale la pena darse una vuelta para encontrar aquellos stands que suelen dejarse de lado, pero que siempre traen un as bajo la manga.
Lo malo de la FIL 2011:
- La embajada de Argentina. Esta embajada tiene uno de los mayores stand de la feria y no vende libros. Muy interesante que en una Feria de Libro no vendan lo que promueben. Lo que pasa es que en realidad son editoriales argentinas que buscan distribuidoras y librerías peruanas interesadas. Sus mayores desaciertos son provocar a los compradores y fanáticos librescos con títulos como Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato en la editorial Alción con estudio crítico y escritos del autor sobre el texto. Una decepción realmente.
- La casa verde y El virrey. Librerías que brillan por su ausencia, librerías que le darían otros aires a la FIL.
- Este año se celebran los 100 años del nacimiento de Jose María Arguedas y Adolfo Wesphalen. Dónde está la promoción¿? La FIL no debería estar avocado simplemente a la venta de libros, en teoría debería interesarse por la difusión cultural. Un acto significativo sería rendirle un pequeño, pero justo homenaje literario a uno de los mejores escritores peruanos del siglo pasado.
- Por último, la entrada a la FIL cuesta 3 soles, yo me pregunto por qué. Qué renombrado escritor han traído los organizadores para justificar el cambio de 1 sol a 3 soles (Corbacho? Ortiz?) Acaso no es el mismo lugar en el que se hizo la FIL el año pasado¿? La ubicación sigue siendo pésima, no hay estacionamiento. Por qué el alza de la entrada¿? Por otro lado, acaso la FIL no es una actividad que busca la difusión de la cultura y el hábito lector generalizado¿?. Yo tenía entendido que la FIL era el espacio en que los peruanos disfrutaban de ver libros, compartir exposiciones, etc; sin embargo ahora vale preguntar para quién se está reservando este derecho. No es que quiera hacer política, pero vale la pena recalcar que si el objetivo es la difusión de la cultura es necesario el precio mínimo. El cliché del lector aristócrata ronda nuestra desgastada ciudad.
En fin, la FIL es un momento para disfrutar, para ser torturado por la indecisión de comprar tal o cual libro e incluso, si es posible, de reventar la targeta de crédito con ejemplares que perdurarán largamente en las memorias de sus lectores. No es la mejor FIL, pero siempre es bueno encontrarse con amigos y compartir la conversación desinteresada de tal o cual título.
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